EL NOMBRE
DE LA ROSA
Para empezar, he de afirmar que me lleve una grata sorpresa. El pasado día 18 de octubre los cursos de bachillerato del colegio Larraona acudimos al teatro Gayarre para presenciar la obra El nombre de la rosa.
Como bien he
dicho anteriormente me lleve un grata sorpresa debido a la actuación que
acudimos debido a determinadas causas. La primera podría ser que no me esperaba
ni mucho menos que durante la obra pensara “!
Que dure más¡” o al final de la obra pensara “Joe, me he quedado con ganas de
mas…” porque solo con pensar que íbamos a una obra de teatro que trataba
fundamentalmente de abades, abadías y
religiones ya me tiraba para atrás, pero al final de la obra fue todo lo
contrario. Otra de las causas podría ser que como ya la habíamos visto el curso
pasado iba resultar un peñazo, pero no fue así. Pero bueno, no empecemos por el final si no por el principio…
Una vez,
metidos en el teatro y cada uno con su respectivo asiento ya se percibía el
olor a incienso que desprendía en lugar para ambienta un poco el tiempo, lugar
y época. Con forme fue avanzando el tiempo la luz empezó a descender, un baja
niebla apareció del escenario. La decoración era fabulosa en tono a una abadía
exacta echa de piedra. Por fin iba a comenzar la actuación. La obra narra las
aventuras que Guillermo de Baskerville y su joven discípulo Adso experimentan
en una abadía benedictina situada en los Alpes, a la cual son enviados para
tratar una reunión entre los enviados del Papa y los franciscanos. La sorpresa
de estos se produce cuando una vez allí, una sucesión de asesinatos ataca la abadía. Son encargados de
investigar dichos misteriosos crímenes y encontrar una solución, antes de
siguieran ocurriendo mas y mas crímenes en dicha abadía.
Esta obra mantiene activos a todo el público debido a la
sucesión de crímenes que se van cometiendo y al suspense de cómo y quién está
haciendo ciertos asesinatos. Cabe mencionar la vestimenta de los actores y
sobre todo el vocabulario que usaban en cada frase que recitaban. El conjunto
de todo era perfecto y te tele transportaba a esa época debido a cada factor
nombrado anteriormente.
Por eso para finalizar este texto de opinión tengo que decir
que fue una obra maravillosa y divertida, no solo por parte de la obra en
general, ni por los actores ni decoración si no por el mero hecho de que era
teatro en vivo y directo, no había margen de error como en las películas y por
eso alabo la función de los personajes. Aconsejo a cualquier tipo de personas
tanto jóvenes, adultas o mayores que acudan a ver esta obra porque saldrán
encantados.
Julen Benac