La entidad actualmente más odiada y más conocida por todos, la SGAE (Sociedad General de Autores y Editores) se encuentra en el punto de mira de los habitantes del pueblo pacense de Montijo, los cuales están poniendo en jaque a la tan apreciada y renombrada institución de nuestro país.
La causa, por todos es conocida, más no carece de interés ahondar de nuevo en ella; los inspectores, o corsarios, de la SGAE llevan tomándose muy enserio su trabajo en estos tiempos de crisis profunda, donde el pago de otro impuesto sacado de debajo de la manga y adornado con fines culturales es, cómo no, celebrado por todo el pueblo llano.
A dicha celebración se ha sumado el pueblo de Montijo, donde sus hosteleros, hartos de las constantes amenazas de los recaudadores, se han levantado contra la interminable oleada de cobros por parte de la organización. Las medidas adoptadas para esta lucha son simples, los establecimientos no firman ningún tipo de acuerdo con la SGAE y los locales lucen carteles donde se exhibe que no se escuchará música gestionada por la querida entidad y, en caso de ser escuchada, sera meramente accidental puesto que ésta no ha enviado todavía ningún tipo de listado de autores bajo su tutela.
A esta iniciativa se está uniendo gente de todo el país e incluso extranjera, puesto que ya existen plataformas de descarga de música y no cabe olvidar el apoyo de muchos músicos cansados del control que ejerce dicha organización en el panorama musical nacional.
Esperemos que todo ello haga reflexionar a una SGAE más preocupada por la rentabilidad de la cultura que por su difusión y mejora. Probablemente, pronto comiencen a dejarse de escuchar de manera "ilegal" por todo el país los autores protegidos por la organización, mas dudo que vaya a incrementarse su escucha de forma "legal".
Que nadie se extrañe cuando veamos al resto de poblaciones españolas enarbolar la bandera de la rebeldía, alzada en primer lugar por Montijo, contra las prácticas inquisidoras de la SGAE.
·Tipo de texto: Opinión
·Nombre del autor: Fco. Javier Goñi
- Muchas gracias a Fco. Javier Goñi por este texto, recordamos a los lectores que pueden opinar con educación y respeto.
