domingo, 9 de enero de 2011

Lo más visto un lunes...

Nueve de la noche de un lunes festivo en nuestra comunidad y, al parecer, en toda España. Se podían palpar los nervios en el ambiente horas antes del duelo, ese duelo tan comentado durante tantos días atrás. Ese enfrentamiento al que tantos minutos de telediario dedicaron, del que tantas porras se hicieron, que tanta ilusión creó.
Por fin llegó la esperada hora, en la que tantos seguidores defendían sus colores hasta la muerte. Incluso siguió siendo así tras la derrota de los madridistas, aunque mucha gente culpó del resultado al equipo contrario.

Me sigo preguntando cómo un partido se puede disfrutar tanto, y es que, para gustos, los colores, cada cual lo vive de la manera que lo siente. Pero, lo que sí me cuestiono, es el hecho de que haya gente que tras la victoria de su equipo pueda llegar a actuar y decir cosas hasta el punto de herir el orgullo del, es este caso, "perdedor", que siente esa decepción e incluso enfado tan profundo. Esa sensación en la que solo falta que un contrario restriegue por su cara esa derrota para estallar y no contenerse. Llegar al punto de enfrentarse con el "enemigo" (deportivamente hablando) por esos 90 minutos...aunque para ellos debe significar mucho más que eso. 

Aquel día tuve el placer de presenciar uno de los espectáculos, uno entre los muchos que seguramente se dieron tras el pitido final del Barça - Madrid. Sin otra cosa mejor que hacer, un seguidor azulgrana provocó a un contrario. Por suerte estábamos en un lugar público y el espectáculo no fue más allá de las palabras. No entiendo esa rivalidad, ese odio, ese tono de orgullo y esa sensación de disfrute viendo al otro sufrir... ¿Acaso sus ánimos a través de la pantalla hicieron posible esa victoria?



·Tipo de texto: Opinión
·Autor: Beatriz Azanza

- Muchas gracias a Beatriz Azanza por este texto, recordamos a los lectores que pueden opinar con educación y respeto.

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