Relacionarse bien y no tener problemas

Hoy en día podemos observar la grave situación de injusticia en este mundo. Una acción tiene o no consecuencias dependiendo de quien la realice. A lo largo de la historia siempre ha ocurrido, siendo los poderosos los que se permitían el lujo de campar a sus anchas.

Sin embargo, ahora ocurre un proceso un tanto opuesto a lo habitual.

Países con hegemonía un tanto discutible, como es el caso de Marruecos, se dedican a exterminar gente no afín a sus intereses, y a proclamar su soberanía sobre territorios españoles, burlándose de un país como es España.

Este hecho ya me parece cotidiano, pero la respuesta del presidente y ministros españoles sobre estos casos es indecente e inmoral. Nuestro gobierno y la comunidad internacional deberían hacer cumplir los derechos humanos que promulgaron, en vez de callarse y hacer oídos sordos.

Otro caso de parecida magnitud es el de Corea del Norte. Un país comunista totalmente clausurado y regido por un dictador que cumple todas sus extravagantes fantasías a costa de su gente, a la que trata con gran fiereza. Como hemos visto estos días, han lanzado bombas sobre un isla surcoreana causando las muertes de varias personas. Sorprende que esta provocación pueda quedar impune, ya que todos quieren mantener la paz.

Y yo me pregunto, ¿quién se encuentra detrás de todo esto? No sería la primera vez que Estados Unidos, Rusia o China tiene intereses en estos países y que por ello los protegen. Además, me sorprende que casi todos los gobiernos se lanzasen contra Sarkozy por expulsar comunidades gitanas con riesgo de convertirse en guetos y, ante cosas más graves no se haga nada.

Sinceramente creo que vivimos en un mundo en el que todo vale mientras tengas buenas relaciones con los poderosos. Donde, contra terribles actos, nadie responda por temor y se mangonea a algunos países libres, como el caso de España, por parte de países hostiles y sin libertidad, como es Marruecos.

·Tipo de texto: Opinión

·Nombre del autor: Javier Muñoz

- Muchas gracias a Javier Muñoz por este texto, recordamos a los lectores que pueden opinar con educación y respeto.