El Nombre de la Rosa
El pasado
viernes 18 de octubre fuimos a ver el estreno de la obra teatral El Nombre de
la Rosa. Una adaptación de la novela de misterio del escritor italiano Umberto
Eco.
Lo que
más me llamó la atención de la obra fue la ambientación. Ambientar una obra de
teatro es mucho más difícil que ambientar una película ya que no puedes
introducir por ordenador paisajes majestuosos o efectos digitales propios del
séptimo arte. Sin embargo, pese a las limitaciones del teatro, el director Garbi
Losada nos transporta a la edad media gracias a la excelente ambientación y a
la gran actuación de los actores. El decorado era sencillo pero original. Una gran
pieza móvil que se desplegaba una y otra vez ofreciendo un sinfín de
posibilidades. Gracias a esto se podía diferenciar fácilmente cuándo la acción cambiaba
de escenario y en qué parte del monasterio estaban los personajes. Éste biombo
gigante daba la posibilidad de que los personajes se espiaran entre ellos sin
verse pero de manera que nosotros los viéramos, cosa que sin este estupendo
decorado habría sido poco más que imposible. Lógicamente
la actuación de los personajes también ayudó a éste ambientación. Tanto el
código verbal como el no verbal nos hacían ver a qué clase social pertenecía
cada personaje. Con solo ver el solemne y pausado caminar o la forma culta y
distante de hablar, uno podía adivinar que se trataba de un personaje más
distinguido que los demás. En concreto el abad.
En el
teatro, más importante que saberse bien el texto, (si no te lo sabes te puedes
olvidar de hacer un teatro) es saber meterse en el personaje. Hablar como él
habla, caminar como él camina… Si quieres que tu obra tenga algo de especial
tienes que hacer creer al espectador que no está viendo a unos actores haciendo
de monjes o de los que sea, sino que el espectador tiene que creer por un rato
que los tíos que hay en el escenario son monjes de verdad, y que lo que dicen
no es un texto que se han aprendido sino que es lo que de verdad piensan y
sienten. Si logras esto, tienes el éxito garantizado.
Como conclusión
diré que la obra me ha gustado bastante. A diferencia de algunos compañeros yo
no había visto la película, por lo que iba a ciegas. Cuando me contaron de qué
iba, me esperé un tostón, pero me ha sorprendido.
Javier Mina
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