A la altura de las circunstancias
Y una vez
sentados de nuevo en los cómodos asientos del teatro Gayarre, dispuestos en
quince filas bien señalizadas, nos disponemos a ver la nueva obra de Umberto
Eco. De antemano ya sabíamos que la representación iba a ser toda una maravilla
aunque mientras mirábamos expectantes la forma de actuar de los personajes de
la obra, todavía nos maravillamos más.
Umberto Eco,
del cuál únicamente conocemos su nombre, intentó recopilar toda la trama y el
suspense de la obra “El nombre de la Rosa”.
Algunos conocían de sobra tanto el libro como la película y pudo no parecerles
la obra más sobresaliente de lo normal. No obstante son los que más
críticamente pueden reseñarla. Sin embargo, en mi caso, la obra sólo la conocía
de las películas de fin de semana que estrenan la cuatro o telecinco.
Uno de los
aspectos más sobresalientes de la obra quizá fue el papel de los actores, pues
muchos de ellos, representaron a la perfección la situación de cada fraile y
sus intereses o inquietudes. Llamó especialmente la atención la interpretación
del personaje Salvatore, que únicamente sabía hablar en un lenguaje, que por lo
que pude entender, parecía italiano. Salvatore tiene un papel muy vulgar en la
obra y a la vez es muy representativo; gracias a él pudimos reconocer las
diferencias entre los cargos eclesiásticos más humildes y los de mayor rango o
de poder adquisitivo. La obra refleja muy bien los contrastes entre los
personajes. Desde las raídas y grises hábitos de los frailes franciscanos a los
elegantes y exuberantes ropajes del papa y sus cardenales.
Por último y
para concluir, añadir que la obra tuvo un gran éxito el día del estreno y que
probablemente, el autor de dicha obra pronto nos sorprenderá con otra aventura
o situación más alucinante, o tal vez espeluznante de la cual, seguramente, no
nos arrepentiremos de ver.
Sergio Barace, 2º Bachillerato B
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